domingo, 3 de noviembre de 2019

MEMORIA HISTÓRICA...









MEMORIA HISTÓRICA




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Es una necesidad existencial salir al rescate de la memoria histórica, sea en su dimensión colectiva como en su personal. Es la fuerza que emerge del mundo inteligible de uno y se contrasta con el mundo sensible, y con  ellos la lucha constante entre  la razón y el afecto.

Aplicando esta premisa, a manera de ejemplo, se ha hecho costumbre conmemorar cada año tal o cual hecho histórico, no importando su dimensión, como que con un solo día al año se  colmara el reconocimiento de su significado e importancia que lleva consigo. Es preciso entonces su replanteo, su conmemoración debe ser una renovación permanente, así como rendir un juramento de fidelidad cada mañana, porque cada mañana, valga la redundancia, brinda múltiples oportunidades para reiniciar una determinada acción, no solo con mayor esmero, sino, sobre todo, cuidando el norte hacia dónde se mira y se  camina.

Por ejemplo, en la memoria histórica colectiva se destacan, para este caso, dos hechos, el 07de agosto de 1813 se produjo el ingreso triunfal de las fuerzas bolivarianas a   Caracas, tras vencer a las huestes realistas, así como el  07 de agosto de 1819, otra fecha de gloria, las  fuerzas patriotas, lograron  conquistar la independencia de Colombia, en la Batalla de Boyacá. Estas dos fechas deben ser una renovación constante  por las colectividades locales actuales, aunque por su trascendencia debiera tener una connotación regional.

En su dimensión personal, la memoria histórica, al igual que la colectiva, conlleva una importancia profundamente significativa, cobra además un valor íntimamente humano, inevitablemente en tiempo real. Verbigracia, un ciudadano de a pie, consumido por la nostalgia, con ojos literalmente llorosos, me dijo hace poco, que para él los días memorables son aquellos que lleva en su corazón, son aquellos que están impregnados para siempre en su pensamiento. Recordarlos le generaba una sensación extraordinariamente bella, inexplicable- sentenció - pero que se sentía como  viajar caminando por las nubes rumbo al cielo. Realmente lo percibí guiado por el efecto que por la razón. Terminó diciéndome que para él esos días de obligatorio revivir eran los 07, 12, 19 y 31, no sin antes de mostrar su tristeza que no todos los meses tenían los 31 días, por lo que existiría algunos  vacíos en su necesidad de incesante revivir y renovación de las fechas inolvidables. Esos días-lo dijo con un leve suspiro al cielo - tenían un correlato con un tiempo y un  espacio, los mismos estaban ya grabados en su corazón, y su pensamiento no tenía sino la obligación de conservarlos celosamente hasta la meta final, recrearía el tiempo en su ser profundo, y confluiría en dichos días de cada mes en el lugar de permanente recordación. Un poco creíble, pero decidido, pude observar en el brillo de sus ojos y su rostro alicaído, con ligera chispa de luz dibujarse alrededor de sus mejillas, cuando acotó que estará allá cuan un soldado de la libertad, llevando la bandera de la causa sublime, lo miré con cierta incredulidad, pero comprendí  inmediatamente que será así, cumplirá la promesa dada, la promesa de renovación de la memoria histórica personal, es más,  mayor fue mi sorpresa cuando con voz entrecortada dijo : juré construir la mejor historia... y se fue con paso lento, aparentemente sin rumbo pero sabía lo que hacía.....

Continuará.... hay que hacer confluir y diferenciar las dos memorias.

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